Desde Antana, sabemos lo que significa para una persona confiar en una empresa para que dé forma a sus sueños, por eso queremos repasar las distintas etapas de este apasionante viaje y explicar cómo intentamos optimizar la experiencia del cliente desde la primera llamada hasta la entrega de llaves: Bon voyage!
La aventura común suele comenzar por la recomendación de algún conocido que ya ha contado con nuestros servicios, pero en otras ocasiones, es la publicidad la que empuja a nuevos clientes a contactar con nosotros. En ese caso, monitorizamos los contactos, las personas con las que ha tenido contacto y hacemos un seguimiento de sus necesidades para garantizar que ambas partes estamos alineadas en cuanto a envergadura del proyecto, expectativas, plazos. Cada cliente es único.
Este caso es especialmente sensible ya que el grado de incertidumbre por parte del cliente es comprensiblemente mayor, pero dado que nuestra principal ventaja competitiva son los numerosos casos de éxito que hemos ejecutado hasta la fecha, compartimos dossieres de obras similares e incluso visitamos físicamente los lugares para que quede patente que el nivel de acabado es excelente. Hasta aquí, digamos que todavía no hemos puesto en marcha la maquinaria, no hemos arrancado aún, estamos planificando la ruta del viaje, así que explicamos punto por punto las etapas. Ya estamos sentados, con los cinturones puestos y preparados para arrancar. Ready, steady, go!
La primera parada es frenética y hermosa. En primer lugar, se asigna un responsable de diseño que nos acompañará todo el camino. Mediante entrevistas personales y con un moodboard de referencias de fondo, el cliente decanta su gusto y expresa todos sus deseos y necesidades. En base a toda esta información, el equipo desarrolla opciones de distribución, composición alzado, en un constante ida y vuelta hasta llegar al diseño definitivo. Señal de “fasten seatbelts ON”.
La siguiente parada es una etapa intermedia en la que se suman nuevos compañeros. Con el diseño, distribución y calidades definido, se incorpora al proceso el equipo de obra para elaborar tanto un presupuesto exhaustivo de lo representado en el proyecto de ejecución como una planificación ajustada a la realidad. En este punto es habitual hacer ciertos ajustes a nivel de proyecto para garantizar que la ejecución de la obra no se desvía de la primera idea del cliente. A veces es frustrante la inversión de tiempo, pero es necesario para el éxito del proceso. Do not panic!
Y llegamos a otro punto muy especial, la colocación de la primera piedra. A partir de ahora todo el mundo de las ideas se empieza a convertir en realidad y es espectacular ver el avance día a día, semana a semana, el paisaje es maravilloso. Mediante reuniones semanales, tanto el responsable de diseño como el de obra, reportan al cliente el correcto desarrollo de los trabajos, el cumplimiento de los plazos y le informan de cualquier imprevisto, que siempre los hay. Houston, tenemos un problema pero KEEP CALM, WE ARE ARCHITECTS, todo tiene solución.
Y llegamos a destino. Después de un largo viaje juntos, es hora de que nos retiremos gradualmente de la escena, entreguemos las llaves y dejemos a los verdaderos protagonistas vivir su sueño. Eso si, no sin antes pedir la valoración del trayecto. Nos esforzamos para que cada viaje sea especial, pero siempre nos gusta buscar puntos de mejora. Importante, dejamos la escena pero no desaparecemos del mapa! Como buenos compañeros de viaje, los meses siguientes permaneceremos en continuo contacto para garantizar que la experiencia está siendo optima. To the infinity…and beyond!
Llámanos para que te acompañemos en tu viaje.