Genius loci en rehabilitación
Las dos primeras cosas que aprendemos en las escuelas de arquitectura son, el asunto de la escala y la importancia del lugar y el entorno. El primer latinajo que nos enseñaron se refiere a este segundo aspecto. El genius loci es el espíritu protector de un sitio. En la actualidad, este término se refiere generalmente a los aspectos característicos o distintivos de un lugar y no necesariamente a un espíritu guardián.
El Edificio Beatriz
En la esquina de las calles Ortega y Gasset y Velázquez de Madrid debe flotar un espíritu muy marcado y especial ya que después de albergar un convento de clausura, el de La Concepción Jerónima fundado por la insigne escritora y humanista Beatriz Galindo, ha pasado, cambiando su uso de manera radical, a hospedar un edificio de oficinas, el Beatriz, tan cerrado en si mismo como aquella construcción religiosa. Eleuterio Población, (Huelva 1928) resolvió el encargo dotando al proyecto de un carácter absolutamente introvertido. Para ello, lo rodeó de una gruesa piel que funciona como una defensa de la ciudad. Es una malla formada por piezas prefabricadas en mortero rosa pálido que componen esta infinita, rotunda y compacta trama. Tan densa es que los huecos de suelo a techo evocan a las ventanas saeteras de las fortalezas medievales. Tiene algo de castillo, de monasterio, esta solución, acaso inspirada en la reja de aquel antiguo convento que todavía se conserva en los sótanos del Beatriz.
Para entender este edificio hay que recordar que la Sede de la Banca Lambert en Bruselas es un precedente directo por su naturaleza introspectiva e íntima. Así mismo el proyecto retranquea el volumen estas oficinas respecto de las calles circundantes, redundando en la idea de ensimismamiento que tanta personalidad aporta a esta pieza en medio de la ciudad. Aquí el referente que nos viene en seguida a la mente es el grandioso Seagram de Mies van Der Rohe en Nueva York. Como el genio alemán, también Eleuterio Población estaba obsesionado por la proporción, de modo que ambos arquitectos hacen retroceder sus obras respecto de las calles para que puedan ser vistas en perspectiva por los paseantes.
Pero Población fue más allá profundizando en el concepto mirar hacia el interior, como se comprueba en una película que custodia la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. En el vídeo, los alumnos que visitan el edificio, aparecen sorprendidos porque en la azotea se encuentran encerrados por un muro, que es la franja que remata el Beatriz, de dos metros de altura que les impide ver la ciudad. Interrogado por ello el arquitecto sostuvo que, necesidades compositivas aparte, le entusiasma ese patio monacal que invita al recogimiento en lo alto de esta construcción.
La reforma del vestíbulo principal
Así que este edificio corporativo sustituye aquel humilde convento conservando la idea de ver hacia el interior. La ciudad se transforma, y, junto a la sustitución, el otro mecanismo que utiliza la ciudad para renovarse es la rehabilitación. Pasan los años, el edificio Beatriz va a reformar su vestíbulo para acoger y despedir de manera cálida a sus visitantes, así que ahora le toca a Antana rehabilitar el puente levadizo del castillo.