La madera es un recurso al que muchos profesionales del sector de la construcción y diseño recurren por su alta adaptabilidad. No es raro encontrarse con exteriores producidos y decorados con este material, ya sea mediante su uso en tarimas, revestimiento de paredes y techos, o en la fabricación de estructuras y mobiliario. Esto ocurre no solo gracias a su excelente resistencia, sino también a su alto componente estético, el cual no sólo enriquece la personalidad de la estancia, sino que genera sensación de conexión con la naturaleza y aporta un aire cálido y acogedor sin dejar de lado la elegancia.
Sin embargo, el empleo de madera en el exterior requiere de un estudio previo que valore las diferentes variedades de este material y su respuesta a las adversidades con las que se puede encontrar, como las condiciones climáticas de la zona o agentes externos como insectos u hongos.
Según la norma UNE-EN 335, existen cinco tipos diferentes de uso de la madera:
Por ello, las maderas aptas para un proyecto constructivo en el exterior de una oficina son de tipo 3, 4 y 5.
En Antana apostamos por la utilización de este material en exteriores en aquellos proyectos, ya sean de rehabilitación o de obra nueva, que requieran de una construcción envolvente para superficies como suelos, paredes, o tejados, teniendo en cuenta en todo momento tanto las necesidades del cliente como de este material para una correcta instalación y cuidado.
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Esta madera, procedente de Centroamérica y del norte de América del Sur, es considerada una de las mejores variedades de este material gracias a sus características y propiedades. Al crecer en ambientes donde se registran niveles de humedad muy altos, presentan gran durabilidad y resistencia no solo a los insectos y a los hongos, sino también a las diferentes inclemencias temporales, configurándose como una opción excelente para exteriores.
La madera de teca destaca por su alta durabilidad natural, siendo una de las opciones favoritas para el diseño de exteriores. Este tipo de madera es originario de zonas del sudeste asiático y se distingue por la producción natural de una resina antiséptica que favorece su resistencia ante el ataque de organismos como termitas o hongos, así como al agua y al agrietamiento. Además, es conocida por mejorar su apariencia con los años, por lo que es usual encontrar muebles de lujo producidos a partir de esta variedad.
La madera de pino verde es una buena opción si el presupuesto de nuestro proyecto de diseño es más ajustado. Esta variedad de madera se crea mediante un tratamiento de autoclave, que consiste en mejorar notablemente sus propiedades naturales mediante la eliminación de la humedad de su interior y la inyección de sustancias químicas que mejoran su resistencia frente a los agentes externos que puedan deteriorarla. Es una excelente opción para exteriores, pero suele necesitar recibir algún tratamiento específico para evitar su deterioro.
La madera de bambú es una de las variedades más resistentes gracias a su composición fisicoquímica. Este tipo de madera se ha convertido en un material cada vez más utilizado, no solo por su buen comportamiento ante el agua, la humedad y los cambios de temperatura, sino también por su componente sostenible, ya que al tratarse de una planta su recuperación es mucho más fácil y rápida, causando un menor daño medioambiental. Además, gracias a su alto componente estético, la madera de bambú se presenta como una de las últimas tendencias en revestimientos de exterior.
La madera es una materia prima utilizada por el hombre desde los inicios de la civilización para la construcción de elementos como edificios, muebles y revestimientos, lo que ha permitido conocer en profundidad cuáles son las ventajas y las desventajas de utilizar este material.