La domótica ha dejado de ser una tendencia utilizada únicamente en el ámbito residencial para convertirse en una oportunidad de automatización y control en otros ámbitos del sector de la construcción. La domótica en oficinas y espacios de trabajo se busca e implementa como una solución a la necesidad de reforzar su seguridad, mejorar el control de la climatización o la iluminación, o proponer nuevos mecanismos de comunicación, entre muchas otras, con el objetivo final de conseguir un mayor confort y mejorar la eficiencia y la optimización de los equipos de trabajo.
Pero las oficinas inteligentes no solo ofrecen un entorno de trabajo más cómodo y eficaz, sino que también contribuyen a la sostenibilidad y a la optimización de recursos. Desde Antana te explicamos todas las particularidades que se deben de tener en cuenta a hora de instalar sistemas de domótica en los espacios de trabajo.
Los sistemas domóticos son el conjunto de tecnologías que permiten controlar y automatizar de manera inteligente diversas herramientas de un espacio como la iluminación, la climatización o la seguridad, permitiendo su gestión eficiente y una mayor productividad.
Sin embargo, según el lugar donde se establezca este tipo de instalación, la complejidad de sus funciones puede variar. Por ello, se denomina domótica a aquellos sistemas diseñados para el control y la automatización de espacios más sencillos como una vivienda, y cuyo objetivo es el de incrementar el confort y la productividad del inmueble para mejorar el bienestar de los usuarios del mismo.
Para aquellos lugares cuya complejidad es mayor y, por tanto, sus funciones difieren de las de un hogar, es necesaria la instalación de un sistema más complejo denominado inmótico. La inmótica, al igual que la domótica, está diseñada para controlar y automatizar espacios, pero difiere de ésta en su capacidad de gestión a gran escala. Por ello, los sistemas inmóticos son utilizados para arquitecturas de grandes dimensiones, como edificios de oficinas, en las que sus funciones van más allá del confort, ya que se pueden hacer responsables de gestionar las redes de comunicación, la integración de múltiples subsistemas, así como otras tecnologías complejas.
Integrar este tipo de sistemas en la construcción y diseño de oficinas no solo implica crear un entorno que se adapte automáticamente a las necesidades de los empleados y, por tanto, mejore su experiencia de trabajo. La inmótica y la domótica aumentan la eficiencia operativa, reducen los costes a largo plazo y contribuyen a la sostenibilidad ambiental de las empresas:
Incluir sistemas domóticos a la hora de construir y diseñar espacios de trabajo significa apostar por la optimización de los recursos de la empresa, la creación de entornos de trabajo más cómodos y seguros y la mejora de la eficiencia en el trabajo del equipo. Estas tecnologías facilitan la adaptación a las necesidades cambiantes del mundo corporativo y aseguran la alineación de las empresas con los objetivos organizacionales y las expectativas en sostenibilidad, siendo, además, un elemento de marca distintivo, ya que agregan valor y reputación a las empresas que apuestan por ellas.