El diseño de las oficinas tradicionales ha evolucionado a la vez que el mundo laboral ha cambiado sus hábitos. Las empresas han implementado nuevas formas de trabajar, entre las que destaca el auge del trabajo en remoto, y se han sumado a nuevas tendencias y avances derivados de los constantes desarrollos tecnológicos.
Pero estos cambios no solo han afectado a los empleados y a sus espacios de trabajo. El sector de la construcción y el diseño de oficinas ha seguido la estela de las tendencias y ha transformado de manera radical la manera de plantear estos espacios, que pasan de ser rígidos e individualizados para convertirse en entornos más flexibles, conectados y centrados en el bienestar de las personas.
Por ello, las reformas de oficinas ya no solo se limitan a aspectos estéticos, sino que buscan optimizar el espacio y adaptarlo a nuevas formas de trabajo. A continuación, exploramos en profundidad las tendencias que están marcando el diseño de oficinas en la actualidad.
Una de las tendencias más perseguidas es la creación de espacios flexibles y multifuncionales. Las oficinas tradicionales con sitios fijos son ahora reemplazadas por entornos dinámicos que permiten una mayor adaptabilidad, ya que ofrecen la posibilidad de múltiples configuraciones según la actividad a realizar en ellas, como reuniones, trabajo individual o colaborativo o, incluso, descansar.
Además, el mobiliario modular se constituye como un elemento clave en esta tendencia, ya que permite que los empleados personalicen el entorno de trabajo según las necesidades del momento. Este tipo de diseño fomenta la colaboración y permite reorganizar el espacio de forma rápida y sencilla.
Siguiendo la línea de priorizar el bienestar de los trabajadores, existe otra tendencia que expande este concepto y traslada el enfoque más tradicional del diseño centrado en las personas llevándolo a otro más holístico, en el que se considera el bienestar tanto de los seres humanos como de su entorno natural y social. Esta corriente, denominada Life-Centered Design, prioriza la creación de espacios capaces de generar un impacto positivo a través de la sostenibilidad ambiental y el respeto por los ecosistemas sin perder de vista el objetivo de mejorar la productividad de los empleados.
De esta manera, esta tendencia defiende que mediante una construcción y diseño de oficinas en los que se priorice por igual el impacto medioambiental; la salud y el bienestar de las personas; la belleza y la funcionalidad; y la conexión con la naturaleza, se estará priorizando el bienestar de todos los elementos, se podrá transformar el entorno construido hacia una mejor forma de entender y cuidar todas las formas de vida en la Tierra y, por ende, mejorará el bienestar de los trabajadores.
En la reforma de oficinas esto implica el uso de materiales sostenibles, la maximización de la luz natural y la inclusión de elementos naturales como jardines verticales, fuentes de agua y materiales reciclados. El objetivo es crear espacios que no solo beneficien a las personas sino también al planeta, reconociendo la interconexión entre el bienestar humano y el medio ambiente. Además, se promueve un diseño que respete los ciclos naturales del día, optimizando el uso de la luz y el aire para favorecer la salud física y mental de los empleados.
Este enfoque tiene un impacto directo en la satisfacción y productividad de los trabajadores, pero también influye directamente en la construcción de una imagen corporativa positiva para la empresa.
El Space Hacking es otra tendencia emergente que está ganando popularidad en el sector de las reformas de oficinas. Esta práctica se basa en maximizar el uso del espacio disponible mediante soluciones creativas en respuesta a una necesidad de las empresas de optimizar sus espacios para aprovechar cada metro cuadrado.
Todas las técnicas del space hacking tienen un común denominador: la libertad creativa. A partir de ella, los empleados tienen la oportunidad de definir y configurar el espacio de trabajo a su antojo para adaptarlo a sus necesidades. Esto es posible gracias a la utilización de espacios que normalmente estarían desaprovechados (como los pasillos o las esquinas), la sustitución de muebles tradicionales por mobiliario versátil y de alta adaptabilidad, que permita diferentes configuraciones y estilos. El objetivo es sacar el máximo provecho del espacio sin comprometer el confort ni la funcionalidad.
Por ejemplo, en lugar de tener salas de reuniones fijas que a menudo están vacías, se pueden crear áreas que funcionen como espacios de trabajo individuales, pero que puedan reconfigurarse rápidamente para reuniones colaborativas. La posibilidad de personalizar el espacio genera satisfacción y una mejor experiencia a los empleados, que entienden su lugar de trabajo como oficina que se adapta a sus necesidades, dinámica y sin barreras.
Las empresas de construcción y diseño de oficinas cada vez son más propensas a recibir proyectos para dar vida a nuevos espacios coworking. El modelo coworking se ha convertido en una alternativa muy popular para muchos trabajadores ya que ofrece espacios compartidos de trabajo que, a su vez, también son flexibles y fomentan la colaboración.
Por ello, y tras la creciente demanda de estos espacios, las oficinas tradicionales se han visto impulsadas a adoptar algunos de los principios clave de la filosofía coworking: la cohabitación de diferentes departamentos en una misma sala para fomentar la diversidad y el intercambio de ideas, la disposición de mesas largas o áreas comunes donde los profesionales interactúen de manera espontánea, o la reserva de espacios, como salas independientes, para el trabajo individual o en común, entre otras.
Este contexto fomenta un sentido de pertenencia y colaboración entre los miembros que promueve la interacción y la creación de sinergias, beneficiando no solo a la empresa sino también al bienestar de los empleados.
Las nuevas formas de trabajo, así como la importancia de fomentar el bienestar y la sostenibilidad, están provocando una evolución significativa en los espacios de trabajo más tradicionales para adaptarse a las nuevas tendencias. Por ello, estilos como el Life-Centered Design, el Space Hacking y la popularidad de los espacios coworking están redefiniendo el diseño de estos espacios, con la finalidad de crear entornos más flexibles, tecnológicos y conectados con la naturaleza. Al adoptar estas tendencias, las empresas no solo optimizan sus recursos y espacios, sino que también mejoran la calidad de vida de sus empleados, lo que se traduce en una mayor satisfacción y productividad laboral.